
Es probable que ya hayas escuchado hablar sobre los algoritmos de las redes sociales y te hayas hecho a la idea de que son nocivos porque promueven contenidos que, a veces, pueden ser tóxicos. En Laintersección.net ya hemos explicado cómo funcionan los algoritmos y por qué tienden a dar más visibilidad a los mensajes más polarizados, extremos y sensacionalistas, mientras restan espacio a las minorías y las opiniones diversas. Tiene que ver con el diseño y el propio modelo de negocio de las redes sociales, pero aún así todas nos dejan ciertas opciones de configuración que pueden hacer que nuestra experiencia sea un poco menos enervante.
En YouTube
- Desactiva la reproducción automática para que no se reproduzca cualquier vídeo después de que termine el que estás viendo.

- Utiliza la función “Guardar para ver más tarde” o haz listas temáticas con los vídeos que te gustaría ver luego. Así, cuando no sepas qué ver, puedes elegir de tus listas y no de lo que te diga el algoritmo.

- Si ves que el algoritmo te está llevando mayoritariamente por caminos no deseados, limpia tu historial de búsquedas (en el panel de control de datos). Puedes eliminar determinadas palabras buscadas o borrarlo por completo. Así harás un “reset” y podrás empezar de nuevo.
- Usa el modo de navegación privada de tu navegador cuando estés mirando un tipo de vídeos que no quieras ver en el futuro. A todo el mundo nos da curiosidad pasear de vez en cuando por “el lado oscuro”, pero mejor que el algoritmo no piense que te gusta.
- En la aplicación móvil, desactiva las notificaciones, sobre todo las de “contenidos recomendados” a los que ni siquiera te has suscrito.
- Bloquea los canales que no quieras volver a ver. Si piensas que su contenido va contra las reglas (discurso de odio, revelación de datos personales, copyright, etc), puedes denunciarlo. Busca el icono de la banderita.

Estas recomendaciones están basadas en las de la Fundación Mozilla. Nos detenemos en Youtube porque está ampliamente documentado que su algoritmo de recomendaciones es problemático. Lo explica este vídeo de El País, «La espiral tóxica de Youtube».
En Twitter
- Elige ver los tuits recientes a media que se publican (orden cronológico), en lugar de la opción “Inicio”. Lo que Twitter llama “Inicio” es una selección de tuits hecha por su algoritmo, que tiende a estar más polarizada. Para cambiar esto, tienes que hacer clic en la estrella ✨ que hay en la parte de arriba y revisarlo de vez en cuando (porque Twitter suele devolverte a “Inicio” sin avisar).

- Haz listas de cuentas por temáticas, o con el criterio que prefieras. Así puedes ordenar tu lectura y consultar las cuentas que te sean útiles en cada momento, sin exponerte tanto a los asuntos “virales” del día.
- Silencia las palabras que aparecen en los tuits que el algoritmo te muestra y no te interesan, o bien las relacionadas con asuntos a los que no quieras prestar atención. También puedes silenciar usuarios, o bloquearlos (de las dos maneras dejas de leerles, la diferencia es que si les bloqueas ellos tampoco podrán leerte a ti).
- Si te aficionas a los bloqueos —desde aquí somos firmes defensores, tienes todo el derecho a impedir que los trols te impidan disfrutar de Twitter—, puedes usar herramientas para hacerlo más rápido. Twitter Block Chain es una extensión de Chrome que bloquea con un solo clic a todos los seguidores de determinada cuenta y en la página Mega Block puedes elegir un tuit y bloquear de una vez a todos los usuarios que le han dado a «Me gusta».
- Modera la columna “Qué está pasando” marcando las tendencias que no te interesan o que son perjudiciales (clic en los tres puntitos que hay a la derecha). Lamentablemente esto no se puede hacer con las noticias que colocan los editores de Twitter manualmente, pero para eso hay una solución más drástica: ve a “Configuración > Privacidad y seguridad > Información de ubicación > Configuración de Explorar”. Selecciona un país cuyas noticias no te afecten y cuyo idioma no comprendas y, además, desmarca la opción “Personalización > Tendencias para ti”. De esta manera, si te aparece algo en la columna de tendencias te será fácil no hacerle caso.

- Administra las opciones de contenido de Twitter. En “Configuración > Privacidad” y seguridad tienes un apartado llamado “Contenido que ves” donde puedes ver los temas que el algoritmo considera que te interesan y desmarcarlos.
- Como en YouTube, limpiar tu información personal te ayudará a resetear. Ten en cuenta también, dentro de las opciones de privacidad, los “Datos compartidos y actividad fuera de Twitter” (que son los que consideran para decidir qué anuncios te muestran). Si quieres saber más detalles, ve a “Tu cuenta” y descarga un archivo con tus datos.
En tu teléfono móvil
No es que puedas desactivar los algoritmos desde tu teléfono, pero sí que hay algunas configuraciones que te permitirán huir de la actualización continua y la urgencia por leer contenidos mediados por algoritmos. Puedes desactivar las notificaciones, limitar el tiempo que dedicas a cada aplicación (en Android, en “Configuración > Bienestar digital”, en iPhone, “Ajustes > Tiempo de uso”) y activar el modo nocturno (en los ajustes de pantalla y brillo), que sirve para huir de los colores chillones que captan más tu atención.
En otras aplicaciones
Como ves, minimizar el efecto de los algoritmos en tus redes es un poco tedioso porque requiere explorar menús enrevesados. No lo ponen fácil. El propósito de este artículo no es hacer una lista exhaustiva —que puede quedar desactualizada pronto porque las redes van rediseñándose continuamente—, sino mostrar algunas opciones para que busques posibilidades similares en todas las redes que uses. Lo importante es dedicar un tiempo, de vez en cuando, a revisarlas todas. Por defecto suelen estar configuradas para que los algoritmos decidan buena parte de lo que ves, con un poco de tiempo y cuidado puedes ganar cierto control. Por cierto, esta lógica también funciona en las plataformas de contenidos audiovisuales que tienen algoritmos de recomendación (Netflix, Spotify).
Dos reflexiones para acabar
Los algoritmos sirven para automatizar muchas tareas y también nos pueden ayudar a tomar decisiones de manera acertada. La clave está en el objetivo para el que hayan sido diseñados. Y el problema en el caso de los algoritmos que recomiendan contenidos es que no buscan enseñarnos los mejores o los más interesantes, sino los que generan más adicción (de ahí que suelan ser contenidos que no nos dejan indiferentes, los que nos enfadan o nos generan nerviosismo).
Las opciones de configuración pueden mejorar nuestra experiencia, pero siempre están dentro de lo que nos marca la plataforma. Para reducir los efectos perversos de los algoritmos, es necesario que las empresas que las desarrollan comiencen a aplicar criterios más éticos, o que las autoridades les obliguen a hacerlo. No vamos a entrar aquí en el complejo debate sobre la regulación de la inteligencia artificial, solo recomendamos que te informes y participes en iniciativas ciudadanas, políticas o activistas que buscan conseguir cambios. Si nos dejas tu email aquí, te mandaremos información sobre las que encontremos más interesantes.